Ingeniería de la Conducta 

Blog de Alex Ponce Aguirre

Años, percepción de cumplirlos

29 Oct 2014 | Reflexión | 0 Comentarios

Los años no se pueden guardar para cuando tu los necesites, porque cuando los quieras usar, es probable que ya no los tengas.

Si hay algo que nos sigue todos los días a lo largo de nuestra vida, son los años, esos años, que no son otra cosa que la suma de los días vividos a la siga de la carrera por la vida. Un año está compuesto por 12 meses, 52 semanas, 365 días, 8.760 horas, 525.600 minutos y 31.536.000 segundos, aproximadamente. En esos números, cada año, dejamos algo de nuestra historia, parte de nuestra vida.

Un calendario

Un calendario es un sistema de medida de tiempo establecido por la sociedad para las necesidades de la vida civil, es allí, en el calendario, donde vemos el día y el mes de nuestro nacimiento y por ende, cada vez que el calendario nos indica que estamos viviendo aquel día, decimos que estamos cumpliendo años.

En la práctica, la sociedad donde nos encontramos, se ha encargado de demostrar que no todas las personas cumplen años de la misma manera, todos somos diferentes, por lo tanto, dos personas que nacieron el mismo día no necesariamente van a llegar igual a una edad más avanzada. Cada año parece ser una estación diferente de nuestra vida, claro, porque pareciera que vamos de viaje a un lugar determinado y cada año que pasa nos acercamos más a nuestro destino.

La edad cronológica es un invento administrativo de los romanos, la edad biológica es un invento de la ciencia y la edad psicológica es un invento nuestro, acorde con la necesidad del momento. Todos estos conceptos, de alguna manera, buscan llegar a la verdadera edad de los años.

Alguien dijo que después de los 50 no se deberían celebrar los cumpleaños, esto porque sencillamente, muchas personas mayores tienen el futuro en el pasado. Hay una gran diferencia en celebrar los 25 años y los 65 años, una celebración parece un premio por llegar y la otra un premio por partir.

Nuestra edad

La edad no se marca por el tiempo transcurrido, sino por lo que hemos hecho en ese lapso de tiempo. Dónde estábamos antes y donde estamos ahora. La vida fue creada en forma perfecta., tiene edades y cada edad tiene sus preferencias. – Si siendo adultos tenemos las preferencias de niños, entonces estamos en problemas –  Nuestra existencia avanza de acuerdo a los tiempos vividos.

«Enséñanos a contar de tal modo nuestros días que traigamos al corazón sabiduría».  Ya en los tiempo del rey David se percibía la necesidad de querer vivir de la mejor manera posible. La filosofía griega, cuna del razonamiento, está llena de senderos de sabiduría  para encontrar la manera más perfecta para sumar años a la vida. Píndaro 518 a.C. decía, ”No aspires a la vida inmortal, pero agota el campo de lo posible».

Hoy la ciencia y la psicología contribuyen de algún modo a que las personas adultas se perciban más jóvenes, un efecto psicosomático al relacionarse con las nuevas tecnologías, aunque la realidad será siempre así: Un decoro natural sin pretensiones es lo mejor que puede hablar de nosotros.

Nuestros años

Cumplir años es, en parte, ir cumpliendo etapas, logrando objetivos y alcanzando metas.  “Primero, descubre lo que quieres ser, luego, haz lo que tengas que hacer”. No son los años vividos los que indican la edad, sino los sueños por cumplir. «Es el envejecimiento del alma, no del cuerpo, el que nos hace viejos». La vida es para vivirla hasta el último día, y en cada época de estas vivencias se puede estar construyendo sueños; mientras tengamos un corazón que late, es posible seguir avanzando.

La juventud es para aprender y la vejez para enseñar, como se vio en la vida de Sócrates y el joven Platón, uno fue el maestro y el otro el discípulo. Esa es, en parte, la ciencia de la vida; primero aprendiendo y después enseñando. «Las canas denuncian la vejez, pero no dicen cuánta juventud la precedió». Epicteto 55 d.C.

Más que cumplir años deberíamos ir cumpliendo sueños, avanzando siempre hacia esa ilusión de juventud, ese anhelo de ver cumplida la misión, para luego iniciar otra, eso es lo lindo de la vida; descubrir en qué podemos ayudar, contribuir con nuestra experiencia para que otros puedan avanzar. Descubrir, para luego, compartir.

«Quien un día se olvida de lo bien que lo ha pasado se ha hecho viejo ese mismo día».

@AlexPonceAg

➤ Si te gustó este post comparte el enlace y participa dejando tu comentario, también te puedes suscribir al blog, es gratis!


ALEX PONCE AGUIRRE
Realizador visual, escritor y analista social. Autor de los libros “Encuentros de Silencios”, “Las Siete Páginas del Séptimo Día” y "La Llave Inglesa de las Emociones".
Chileno, radicado en Atenas, Grecia.


LIBROS


Disponible en iBooks Store


Disponible en Amazon


Disponible en Amazon

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Relacionados

En busca de la paz perdida

En busca de la paz perdida

"Tengamos el lujo de la paz", escribió Jane Austen en su libro Mansfield Park hace más de dos siglos, y sus palabras hoy parecen más proféticas que nunca. La gente busca la paz, esa paz que tenerla en las circunstancias actuales es un lujo. Esto se debe tanto al hecho...

El mercadeo de la vida eterna

El mercadeo de la vida eterna

Vivimos en tiempos de descubrimientos astronómicos, hoy la tecnología pareciera que nos sitúa más cerca del cielo. Gracias a esa tecnología tenemos imágenes estelares que antes ni siquiera estuvieron en nuestras imaginación. Seguimos buscando respuesta a preguntas...

Caminos con filosofía

Caminos con filosofía

En el centro de la ciudad de Atenas se puede transitar por calles que en la antigüedad se conocían como los caminos de los filósofos . Al sur de la ciudad se encuentra el camino hacia la academia de Platon y hacia el norte se encuentra el camino al liceo de...